Felipe Melo y una dura historia de vida que pudo sobrepasar gracias al esfuerzo de su padre.

«Mi padre bajaba de la favela a las 6 de la mañana, volvía al mediodía y enseguida repetía la rutina. Varios días a la semana decidía ir a la fábrica también a la noche. En realidad debía trabajar solo 6 horas porque estaba en contacto con fuego, con aceros muy calientes, era un trabajo insalubre.

Pero él iba doble o triple jornada para que a nosotros no nos faltara nada. Yo nací y crecí en la peor favela de Río de Janeiro. Mi madre estaba siempre en casa con nosotros y mi padre trabajaba todo el día. Claro que no tenía comodidades pero no me faltó nada. Desde pequeño soñaba con jugar al fútbol y, si no llegaba, no sé qué hubiera sido de mi vida… Era fútbol o fútbol. A veces me iba a entrenar y a la vuelta me encontraba con que uno de mis amigos había sido tiroteado.

El 95 por ciento de mis amigos de la favela no existen más, están muertos. Eligieron otro camino y ya no existen más. El 5 por ciento que quedó, logró salir, logró trabajar y hacer su vida. He tenido oportunidad pero nunca quise meterme en la droga ni tener armas. Yo preferí el otro camino. Me acuerdo que los jefes del narcotráfico de la favela me decían “tú tienes futuro, no te quiero ver más acá, si te vuelvo a ver acá te pego un tiro en la cabeza”. Yo preferí trabajar y no ganar el dinero fácil»

Fragmento de la entrevista de Felipe Melo con Clarín. Fuertísimo.

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