Artículo de Quique Monleón Ciurana

El futbolista de brasileño se ha destapado como una de las sensaciones en el conjunto de Calleja y nos ha dejado un inicio más que prometedor para un Levante que, después del fiasco de la pretérita campaña, buscará volver a primera al ritmo de música brasileña.

Fabrício do Rosário dos Santos (bautizado como FabriGol por los granotas) ha aparecido de la nada para darle a un Levante necesitado de cara a portería la mejor de las vitaminas, el gol. Un gol que ha llegado de la mano de un brasileño criado en Gremio y que ha devuelto la magia al Ciutat de Valencia con sus galopadas, desmarques de ruptura, diabluras con el balón y por encima de todo, perforando el área de gol como a un delantero de élite se le debe exigir.

Con una altura privilegiada (186 cm) que no le obstaculiza lo de llegar a la portería, Fabrício encadena 3 goles en 4 partidos llevándole a ser el compañero de baile de un renacido Bouldini que ha opacado su versión de la pretérita temporada a base de trabajo en equipo y goles (5 en 10 jornadas) que le colocan junto a Fabricio como una de las parejas a tener en cuenta en esta segunda división y que mantienen la fe intacta a una afición necesitada de “cracks”.

La irrupción del futbolista de Cachoeira del Sur le supone un soplo de aire fresco a Calleja quien ha encontrado un arma polivalente en el que confiar puesto que el ariete sirve tanto como titular como de suplente (siendo éste último el rol tenido por el brasileño quien logró marcarle al Eldense saliendo como recambios y certificando los tres puntos para un Levante al que le viene como anillo al dedo esta clase de futbolistas)

Fabricio como muchos de sus paisanos, es esa clase de futbolistas que no entiende el balompié sin ponerle una marcha más al juego. Es rutinario verle haciendo diabluras con el esférico (desde pisadas hasta alguna cola de vaca emulando a los más conocidos del deporte brasileño) proviene de una escuela de jugadores “de la calle” que se ha ido perdiendo con el tiempo puesto que el fútbol se ha tecnificado más haciéndolo táctico por encima de mágico, concepto que parece no preocupar al carioca quien ve el juego de forma mágica.

Pese a lucirse en muchos casos, es un futbolista asociativo y trabajador quien, aún desenvolviéndose como delantero, recupera muchos balones iniciando así sus características carreras que dejan atrás a los defensores. Actualmente el jugador padece de una conmoción sufrida en el partido contra el Albacete lo que se sabe es que el brasileño ya tiene a los suyos en el bolsillo y nada más vuelva tendrá a las gradas del Ciutat coreando su nombre puesto que el delantero que a más velocidad punta ha llegado en segunda (35,62km/h) es una joya a pulir y cuidar.