Brown de Adrogué venció, como local, a Nueva Chicago por 2 – 1, y se aseguró un puesto en el reducido tras la victoria de Almagro sobre Mitre.

Apasionante encuentro se dio en el Sur de Gran Buenos Aires, el Tricolor soñaba con poder quedarse con el último puesto de reducido, pero enfrente tenía al Torito de Mataderos que veía de reojo los partidos de Sarmiento y Arsenal, esperando a que Guillermo Brown de Puerto Madryn, y Defensores de Belgrano, rivales de los equipos anteriormente mencionados, pudieran darle una mano para el tan ansiado ascenso directo.
Tensión, estudio, y medición era lo que proyectaban ambos clubes. Juego férreo había de sobra, y poca calidad futbolística.
Recién a los 31 minutos del primer tiempo hubo una jugada clara para los dirigidos por Pablo Vicó; Juan Olivares centró para Lucas Campana y éste remató la pelota muy arriba del travesaño. A partir de acá los de Adrogué tuvieron un par de chances más. 38 minutos, un tiro a quemarropa de Ignacio Liporace, que logró desviar el arquero Agustín Silva, con la redonda yéndose muy cerquita del palo izquierdo.

En tiempo de descuento, Leonardo Flores mandó un buscapié que Campana encontró y ensayó un disparo con calidad, lustrando nuevamente el poste zurdo del arco de Chicago.
En el complemento, la visita presionó en la mitad de la cancha con cuatro mediocampistas, y con los laterales se mostrándose  como opciones de ataque. Claramente esto tuvo repercusión a la hora de defender, ya que en una contra, los locales casi se encuentran con el grito sagrado, Olivares se la pasó a Campana, quien asistió a Alberto Stegman, y el 11 le pegó a la número cinco, pero Silva se hizo grande y se lo tapó. Aunque mucho no le duró la racha con la red en cero, un nuevo ataque partió de la mano de Matías Cortave, hizo la personal por la banda derecha, mandó al punto de penal, a la suerte, el esférico, y el guardameta de los dirigidos por Walter Perazzo, en su afán de querer atraparla, generó un rebote que le quedó a Nicolás Benegas que, solo tuvo que empujar el balón.
Los del Bigotón tuvieron una jugada más que pudo haber dejado Knock – Out al verdinegro, un pelotazo del goleador, dejó temblando el tercer palo.

No obstante, esto es fútbol, y no hay nada escrito. En el mejor momento del Trico, Nicolás Franco comandó una jugada él sólo, intentó la vaselina en un mano a mano con Martín Ríos, que generó un rebote con su pecho, y que Franco resolvió cómodamente para silenciar el Lorenzo Arandilla.

Esto no golpeó a los del Sur de GBA, que siguieron buscando quedarse con los tres puntos, y lo encontraron. Minuto 89, sí, a nada de que se termine el espectáculo que brindaron, se repitió la fórmula Olivares – Campana, el diez levantó la pelota, el nueve la cabeceó sólo, e hizo explotar a todo el estadio que se ubica en las calles Cerreti e Illia. Si buscan ilusión, vayan a esa dirección.

Por Franco Duarte