Por Quique Monleón Ciurana

Los suizos supieron sufrir contra una de las cenicientas de la competición y se resarcieron de la derrota contra el RB Leipzig.

Helvéticos y balcánicos salían al “mini Maracaná de Belgrado“ con aires de ver quién podía optar a esa plaza Europa League que se rifan aquellos dos que no pasan de fase de grupos. Tanto locales como visitantes se estrenarían con derrotas en la competición dando ya a entender que sus aspiraciones estaban lejos de estar en octavos puesto que Leipzig y por encima de todo, Manchester City (vigente campeón) no iban a dejar cuerda a estos equipos característicos por pasar entre bambalinas por competición europea.

El balón echaría a rodar y sería el Estrella Roja quien jugando valiente se adelantaría en el marcador mediante Ndiaye, delantero senegalés el cual cazaría un buen balón de manera mayestática dado por Bukari, extremo de Ghana con pinceladas por Bélgica y Francia que aprovecharía para catar un balón procedente de una falta en su propio campo y tras recorrer gran parte del campo le serviría en bandeja a su mejor socio para romper el igualado en el marcador.

El gol serviría al club de la casa a alcanzar algo de estabilidad y llevar el balón a su campo, sobándolo así y sin hacer del encuentro un concepto sencillo para los visitantes, quienes tendrían que esperar a la segunda parte para adentrarse de lleno en los acontecimientos.
Ambos equipos llegaban al descanso sin hacerse mucho daño recíprocamente y con unos locales cómodos con balón esperando las ofensivas rivales.

Acabados los quince minutos de cortesía, la olla en Serbia volvería a hervir y para sorpresa de todos, el Young Boys, con una sucesión sin pausa de pases, se plantearía en en área rival cuando los espectadores no se habían sentado aún y Ugrinic materializaría dejando sentado a un Estrella Roja que sólo pudo ver como perforaban su portería cuando más cómodo estaba.

Este gol no fue más que un jarro de agua fría para unos locales que, perdiendo los papeles, concederían un penalti materializado por la punta del ataque suiza, Itten, quien no dudó en hundir el esférico engañando al portero y materializando una matemática victoria para los visitantes quienes tuvieron que remar contra viento y marea para acreditarse una victoria que en los minutos finales se esfumaría con un pase al espacio realizado por Krasso que no llevaba ni 10 minutos en el campo materializado por Bukari quien firmaba una espectacular noche de Champions haciendo resarcir a su equipo cuando todo en contra estaba.

La chispa del balón se apagaría en Serbia firmando la paz y el reparto de puntos entre dos equipos que está más que claro que salvo un milagro no acompañarán al Manchester City en su visita a los octavos de final.