Deportivo Moron y Gimnasia de Jujuy empataron 1 a 1 en la ultima fecha de la B Nacional.

Definición impactante se vivió en la Primera B Nacional que tuvo en vilo a todos los clubes. Todos peleaban por no descender, por ascender, por encontrar un lugar en el reducido. Casi como de película épica. En el oeste se estaba desatando una batalla mano a mano. Matar o morir era la premisa. Ganar e ir al reducido, o perder y quedarse con las manos vacías. Ese era el escenario para el cotejo entre Deportivo Moron y Gimnasia de Jujuy.
Un partido con excesiva cantidad de condimentos, sensaciones, especulaciones. Y también lleno de imprecisiones, entradas fuertes, falta de fútbol, y dos equipos que se buscaban pero no se encontraban en un mediocampo que, siguiendo con la analogía, era similar a la batalla de los Campos Catalaunicos.
Los jujeños tendrían la primera clara con un desborde y disparo por la banda derecha de Buono que contendría el arquero Milton Alvarez.
Al instante el gallo se repuso y Gimenez se perdía el gol al lado del arquero cuando cabeceó muy suave.

Final de la primera etapa y en el entretiempo comenzaban las especulaciones, que el empate no sirve por un lado, que el empate si sirve pero ojo con Agropecuario por el otro.
El segundo tiempo fue muchísimo más emotivo que el primero. Rondando los quince minutos, una mano de Ferreyra en el área,sería transformado en penal por orden del árbitro. Giménez frente a la pelota la mandaría a las nubes y desataria la desazón de los de zona oeste. Desazón que iba a ser apaciguada minutos después cuando Javier Rossi se escapó por la derecha y disparó cruzado marcando el primer tanto del partido. Grito de gol, locura y papelitos volando por doquier.
La alegría duraría poco, tres minutos después, Buono entró al área y abatió a Álvarez poniendo tablas en el encuentro. Celebración eufórica, alocada y sufrida de Gimnasia.
Faltando diez minutos para el final, llegaba la noticia al banco. Ganaba Agropecuario, se metía al reducido y los dejaba a los dos contendientes fuera de todo. La desesperación inundó a los técnicos que metían delanteros creyendo en una filosofía de ataque, tan utilizada como ineficaz. Dándose con contra ataques continuos sin éxito, Mayola para Morón y Dal Calzón para Gimnasia tuvieron las últimas chances que no subieron al tanteador de milagro.

Final en zona oeste. Empate y nada para los dos. Los jujeños se jugaron con el empate, pero se olvidaron del pequeño detalle de que no dependían de si mismos para seguir en el reducido. Mientras tanto los dirigidos por Walter Otta fueron aplaudidos a rabiar, por el ascenso a la b nacional, por la semifinal de Copa Argentina el año pasado y por la permanencia. Ahora les toca a los dos, planificar para buscar el ascenso la próxima temporada.

 

Por Leandro Quiroga