En la noche del lunes, Argentinos Juniors y Vélez se encontraron en el estadio Diego Armando Maradona para cerrar la fecha. En las inmediaciones de la cancha se podía ver llegar a gran cantidad de gente para presenciar este encuentro con historia. El local, con la esperanza de mejorar los promedios para el próximo torneo, y la “V” con ganas de sumar puntos y así acomodarse en puestos de copa, iban a intentar conseguir sus objetivos.

La hora del partido llegó y la pelota comenzó a rodar. La visita arrancó muy enchufada: con varias situaciones claras de gol y el dominio casi por completo del balón, hizo impacientar a los hinchas del Bicho. Los de rojo no se podían hacer dueños del partido y sufrían los embates del Fortín, comandados por el “Monito” Vargas. Cuando pudieron, que fueron pocas veces, intentaron sacar contras veloces que no llegaron a buen puerto.

En una jugada desafortunada, llegando a la finalización de la primera parte, Carlos Quintana y Lucas Robertone chocaron cabezas en un salto. La peor parte se la llevó el de Vélez, que tuvo que ser reemplazado por Pablo Millán.

Por suerte para Argentinos, los primero 45 minutos terminaron en empate. Y el descanso les sirvió para salir con otra cara al complemento. Y el Bicho era otro equipo. Pareció que los roles se invirtieron: Argentinos era el único dominador de la pelota y los únicos que generaban chances. Es más, tuvieron un cabezazo que se estrelló en el travesaño que hizo levantar a todos los presentes.

Pero así y todo, los anfitriones no podían ser claros con la pelota en los pies. Parecía que cuando la tenían no sabía que hacer con ella, y todo derivaba en ataques muy veloces. Vélez tuvo muy pocas pero en las que tuvo asustó.

Los últimos minutos del encuentro fueron electrizantes, de ida y vuelta y parecía que se lo podía llevar cualquiera. Pero finalmente el partido terminó sin goles y cada uno se llevó un punto que mucho no les sirve.

Por Baldomero Escalada