Para unos la ya famosa nueva normalidad es recuperar su libertad de acción: poder salir a pasear, sentarse en una terraza o hacer deporte sin horarios ni restricciones. Para Leo Messi, la normalidad se entiende con goles y asistencias. En Mallorca, el argentino recuperó su rutina: asistió a Braithwaite Jordi Alba y cerró la goleada con el cuarto tanto azulgrana.

Tenía ganas Leo de volver a pisar el césped. Se le notó activo desde los primeros minutos y en su primera acción casi acaba el balón en las redes de la portería de Reina. Era solo un avance de lo que estaba por llegar.

La insistencia tiene premio

Con un ligero toque de cabeza dentro del área logró asistir a Braithwaite para que anotase su primer gol con el Barça. Minutos más tarde, Leo conectó con su mejor socio -con permiso de Suárez- y lanzó un envío en profundidad que Alba aprovechó a la perfección.

Pero Messi quería más. Lo intentó hasta el final y en el tiempo añadido llegó el premio. Leo anotó el cuarto tanto de los de Setién y su vigésima diana en Liga. Con esta son ya 12 temporadas consecutivas alcanzando esa cifra. Un hito solo al alcanza del crack argentino.

Por redacción Marca