La final de la Copa del Rey en la cual Barcelona goleó al Athletic Club de Bilbao por 4-0 ha dejado una marca sin precedentes por el gran partido de Messi.

Asi lo recuerda el ahora exjugador Aritz Aduriz, que jugó para los vascos en tres etapas, primero en la temporada 2002-03, más tarde entre 2005 y 2008 y luego ya la más larga de las tres, que lo tuvo entre 2012 y 2020, cuando se retiró.

«Jugar contra él era una autentica humillación. No hay nada comparable. Messi es Messi y es igual cómo esté físicamente. Siempre hay que respetarlo porque puede desequilibrar un partido él solo«.