Nueva Chicago empató 2 a 2 con Independiente Rivadavia de Mendoza, no pudo revertir la serie y se queda un año más en la B Nacional.

Tenso clima nos esperaba en el estadio República de Mataderos porque el local necesitaba remontar un 4-1, que se dio la semana pasada en Mendoza, por la ida de los cuartos de final del reducido por el ascenso a Primera División. Una tarea complicada y más aún viendo el rival que le esperaba, Independiente Rivadavia. Los mendocinos se hicieron fuertes de local y sacaron un muy buen resultado, que los traía a Buenos Aires tranquilos, pero no confiados. En la semana hubo testimonios de los protagonistas que, reconociendo el buen partido que tuvieron de local, no venían nada relajados a mantener esa ventaja de 3 goles que supieron conseguir.

Por el lado de local, además del nerviosismo, se percibía el sentimiento de esperanza que mantenían vivos los hinchas del Torito que colmaron las dos populares y la otra platea que se habilitó. Una posibilidad que parecía difícil pero no imposible. Un marco muy bueno para este partido que nos prometía bastante desde la previa.

Así arrancó el encuentro por el mediodía del sábado soleado, donde Independiente Rivadavia salió a buscar un gol que le de calma. Pero se fue quedando ante la iniciativa del Torito, que abrió el marcador a los 14′ través de Nicolás Franco, uno de los goleadores del equipo, luego de un córner que no aparentaba nada y terminó en el fondo de la red. De esta manera el estadio parecía una caldera con los hinchas muy eufóricos alentando a su equipo. El milagro parecía posible, necesitaban 2 goles más para igualar la serie (así pasaban por ventaja deportiva) y el partido apenas comenzaba.

Rápidamente el conjunto mendocino aprovechó a la perfección una contra con sólo dos jugadores. Castro y Palacio, este último que la levantó de emboquillada exquisitamente para que Federico Castro, el goleador del equipo, defina dentro del área y desate el delirio de la visita. De esta manera, solamente 10 minutos después de la apertura del marcador, Independiente ahogaba las posibilidades del local y lo obligaba a convertir 3 goles más.
El partido se puso muy caliente y Darío Herrera perdonó varias tarjetas para ambos lados, pero más para Chicago, condicionado por la parcialidad local.

Si con el 1-1 parecía complicado, a los 30′ se volvió una utopía la remontada para el Torito. Tras otra contra y una gran corrida de Castro, Gonzalo Vivas le cometió una falta de último recurso y el árbitro Herrera le mostró la tarjeta roja. El verdinegro se quedaba con 10 hombres y en mi opinión, ese fue el momento en el que terminó de perder la serie. Tras esta expulsión el equipo igual empujó, apoyado por su gente, pero esto sólo duró 10 minutos hasta que la Lepra se pudo acomodar en el campo y finalizó el primer tiempo.

En el segundo tiempo la intensidad del juego bajó significativamente y Mauricio Asenjo terminó de lapidar el cotejo marcando el 1-2 a los 7 minutos de complemento. El delantero proveniente de Banfield convirtió el segundo para liquidar la serie, haciendo cenizas las chances del local. Luego Independiente se floreó manejando el trámite del partido y tuvo ocasiones para aumentar la diferencia. A 15′ del final Franco marcó su segundo gol en la jornada para empatar el encuentro pero todavía le faltaban 3 goles a su equipo para lograr la hazaña. El conjunto de Mataderos de todas formas se retiró aplaudido por su gente que reconoció la buena campaña, terminando tercero en la tabla.

De esta manera, la lepra mendocina se metió en las semifinales del reducido donde enfrentará a Sarmiento de Junín. Cabe destacar la actitud muy noble de los jugadores que aplaudieron al local mientras se retiraba del campo de juego. Independiente Rivadavia sigue soñando y buscando su primer ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino, mientras que Nueva Chicago tendrá que esperar otro año más en la B Nacional.

 

Por Lucas Ravalle

Ph: Independiente Rivadavia Oficial.