Gallardo en Emiratos Árabes.

El Muñeco en los ojos de la FIFA.

  • El exjugador y técnico de River es ya una leyenda en el club
  • Asumió el cargo en un momento crítico y devolvió su grandeza al Millonario
  • River se medirá en semis del Mundial de Clubes al ganador del Espérance vs Al Ain.

La entrada al Museo de River Plate está custodiada por una estatua enorme de Ángel Labruna. Labruna es River, River es Labruna. En un club con muchos ídolos en 117 años de historia, fue el tótem indiscutible por décadas, pero ya no está solo. Desde su misma altura, hoy también mira Marcelo Gallardo.

La Copa Libertadores ganada a Boca Juniors le hizo subir al Muñeco el peldaño imaginario que le faltaba. El mundo River ya lo adoraba, pero ganarle al rival de toda la vida la madre de todas las finales lo llevó a una nueva dimensión.

Es un logro que quedará en la gloria eterna. No creo que algo pueda superar esto”, dijo el técnico en entrevista con medios argentinos. Para los hinchas, Gallardo es la piedra filosofal de un éxtasis que quieren reafirmar en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA.

FIFA.com te cuenta por qué el entrenador de un club donde históricamente ganar es más regla que excepción, llegó a ese status de gurú.

River volvió a ser River

Cuando Gallardo asumió a mediados de 2014, las heridas profundas de haber jugado en Segunda la temporada 2011/2012 dolían todavía al aficionado.

Venía de ser campeón local, pero Ramón Díaz, el único ídolo que entonces se acercaba a Labruna, había renunciado. El Muñeco era de la casa, querido como jugador, pero como DT tenía poca experiencia: sólo un buen paso por Nacional de Montevideo. Hacía dos años que no dirigía y casi no sumó refuerzos. La incertidumbre era total.

El impacto inicial fue espectacular en resultados y en nivel de juego. Comenzó un ciclo que, con altibajos lógicos, le permitió en 4 años y medios igualar a Díaz como técnico más ganador de la historia con 9 títulos:

2 Copas Libertadores, 1 Copa Sudamericana, 2 Recopas Sudamericanas, 2 Copas Argentina, 1 Supercopa Argentina, 1 Copa Suruga.

Gallardo junto a Pisculichi y Mercado.

El éxito internacional

River es el máximo ganador de torneos argentinos, pero siempre sufrió en el plano internacional. Hasta 1998 había ganado sólo tres títulos continentales, dos de ellos Libertadores. Luego, una sequía que incluyó eliminaciones vergonzantes mientras Boca vivía su etapa más gloriosa.

Gallardo cambió sonrojos por orgullo. Empezó a ganar habitualmente en plazas complicadas y en situaciones límite, como el triunfo ante Grêmio en Porto Alegre en semifinales de esta Copa. A 10′ del final, necesitaba dos goles para no quedar eliminado. Los hizo.

O como contra Boca en la final: estuvo tres veces en desventaja e igualó las tres.

La paternidad con Boca

Desde comienzos de los 90, el Xeneize dominó a River. Incluso con equipos brillantes y campeones, algunos con el Muñeco en cancha, al Millonario se le atragantaba el clásico.

Pero como entrenador, Gallardo dio vuelta la paternidad: jugó dos finales (la de la Supercopa Argentina 2018, además de la de Libertadores) y otras dos series directas (semis de Copa Sudamericana 2014 y octavos de Libertadores 2015). A dos llegó en clara inferioridad. Ganó los 4 duelos, no perdió ni un partido de 7 (el restante se suspendió en el entretiempo con 0-0) y fue campeón del torneo en todas.

Sánchez, Pisculichi y Gallardo.

Mentalidad de hierro

River fue históricamente sinónimo de fútbol de clase, pero cuando la diferencia en un partido decisivo la hacía el carácter no siempre salía bien parado. Y desde 2000 a 2014 vivió más en el diván que de fiesta.

Gallardo hizo temibles a sus equipos por su intensidad y mentalidad ganadora. Su obsesión es mezclar el gusto del club por un fútbol atractivo con una personalidad avasallante. Dirigió 50 series mano a mano entre torneos locales y continentales. Con mejor o peor nivel, ganó 42.

También logró recuperarse de su día más negro: perdió las semifinales de la Libertadores 2017 tras dilapidar en 45 minutos una ventaja de tres goles.

“En los momentos más duros, lo que te sostiene es la mentalidad. La manera de forjarla tiene que ver con una manera de trabajar y de vivir cada entrenamiento como si fuera el último”, suele decir.

Pertenencia más influencia

Como 10 cerebral y talentoso, Gallardo ganó 6 títulos locales y dos internacionales. “Soy un hijo de esta casa”, afirma. Mamó la filosofía River desde los 12 años y sabe cómo transmitirla: el hincha lo siente uno de los suyos.

Es un líder fuerte, construido con mensajes directos dentro y fuera del vestuario, sea quien sea el destinatario. Y con aciertos tácticos: varios partidos de su ciclo se decidieron a su favor por saber leer bien las debilidades del rival o modificar errores a tiempo.

De FIFA.COM