Quique Monleón Ciurana

El mago portugués, ya recuperado de la lesión que lo mantuvo casi 6 meses sin pisar un campo de fútbol, hizo que se nos encogiese el corazón cuando en la segunda parte del derbi valenciano el pasado domingo ante el Villarreal saltase al campo para reencontrarse con sus compañeros y probarse de carajal final de temporada donde el Valencia, jugándose el volver a Europa, lo necesita y quiere al mejor nivel. Casi medio año es el que ha pasado desde aquel fatídico partido ante el Almería en el Power Horse donde se lesionaba y se metía en el calvario que ha llevado al Valencia a echar de menos a futbolista diferencial y hecho para marcar una época en este Valencia con sabor a joven. La vuelta de Almeida da alas a un Baraja que desde ya puede contar con un jugador diferencial y heterogéneo a lo que nos tiene acostumbrado el centro del campo del Valencia CF.

Mestalla y el Valencia CF sonríe con la vuelta de su mago. André Almeida, quien fuese diferencial e intocable tanto para Gattuso como para Baraja en una temporada negra en la historia para el valencanismo entero, vuelve a la dinámica de equipo en una de las situaciones más complicadas en lo que a jugar significa porque, con los dos cupos de la sala de máquinas cubiertos con gente como Pepelu, que pese a salir con molestias en la parte trasera del muslo tras el partido en la Cerámica, es intocable para el Pipo y un Javi Guerra que le ha comido la tostada nuevamente a Guillamón, quien se ha visto desbancado desde el partido ante el Real Madrid, el peque jugador de Guimaraes deberá sudar de lo lindo y ponerse a tono son quiere hacerse con un puesto en el once de un Valencia donde y aunque no sobre calidad, la titularidad está muy cara o si no que se lo digan a su compatriota Correia, quien ha desaparecido por completo del once durante su lesión y una vez acabada esta.

La vuelta de Almeida, además de ser un aire fresco y promover más ideas en cuanto a onces y sistemas, es un problema ya que el centro del campo del Pipo Baraja es uno compuesto por dos jugadores que no son nada del estilo Almeida: Pepelu es un futbolista de corte defensivo, rocoso y que tiende menos a jugar con balón, desembocando a las tareas complicadas (lo más parecido a David Albelda, un stopper y destructor de juego rival) mientras que Javi Guerra o Guillamón, más el segundo que el primero, son jugadores mucho más temperamentales, con la verticalidad por bandera y con cuerpo desarrollado para deshacerse de rivales si en pugna se meten. Además que el estilo de Rubén parece muy definido: 442, un sistema que siempre ha traído buenos resultados al conjunto ché, ganando con él el triplete de 2004 junto a Rafa Benítez o la copa del rey con Marcelino dos equipos estos que se parecen por tener a jugadores no tan parecidos a Almeida como lo eran el propio Baraja y Albelda o Parejo y Kondogbia.

Lo más parecido a Almeida en lo que a historia reciente valencianista se refiere es sin duda Pablo Aimar. Portugués y argentino son futbolistas desequilibrantes que juegan cerca del punta, en la posición del 10, y al que le das la pelota para que descomponga la zaga mediante un pase endiablado que encuentre al pillo delantero que se ha deshecho anteriormente del delantero. La cosa es que este Valencia donde se tiende a protegerse la espaldas antes que salir en tromba a adelantarse cuanto antes en el marcador, esta posición desaparece puesto que los centrocampistas tienden más a lo que es el curro para obviamente después salir jugado, que al lanzarse con todo al ataque y el finiquitar cuanto antes (de ahí que el Valencia sea de los equipos que menos goles ha metido en los primeros minutos al mismo tiempo que conduce poco en los primeros al disponer de MUCHA atención defensiva).

El futbolista luso llegó hace 2 campañas a la ciudad del Turia por casi 9 millones de euros, cifras que indican que, y por meritocracia, debe jugar todos los minutos ya que no pagas esa salvajada por alguien al que vas a dejar en el banquillo. Pese al excesivo precio y que esto podía presionar al joven jugador (23 años), desde su debut ante el Girona la pasada campaña, no ha dejado de maravillar al templo de Mestalla con su desparpajo, agilidad y buen golpeo sobre todo en lo que a penas máximas se refiere (desde lanzamientos laterales hasta penaltis) ha sido y será un futbolista que da una nueva forma de llegar a área al Valencia, equipo que aprovecha muy bien la velocidad de sus laterales (está siendo sin duda el año donde José Gayà está poniendo más centros al área) y que jugando con Almeida, el Valencia no tendrá que depender de lo que haga el propio capitán o Foulquier y saldrá ganando en profundidad, el superar líneas mediante velocidad y encontrar ese último pase que es una de las ayudas que está sirviéndole y mucho a este equipo que parte de los goles que mete es gracias a que se encuentre el hueco para servir el balón, sea a Hugo Duro u otro jugador (el mismo José Gayà ante el Cádiz en Mestalla). 

La vuelta del chico portugués trae cola a Baraja, al que ya le cuesta decidir entre Guillamón y Guerra, deberá decidir ahora deberá no solo dudar no solo por optar por uno de estos dos nombres si no también si jugar con el 442 que tanto le está funcionando, donde se debe sacrificar a un Almeida al que y si quieres ser diferencial, no puedes dejar en el banquillo y menos poner en banda donde literalmente se va a perder y donde ya tienes tus armas más que establecidas (Canós y Diego López) o, y en el caso de querer jugar con Almeida de inicio, optar por un 4231, sistema que no ha calado del todo en casa Valencia pero que sí ha sido probado donde Almeida solo deberá recibir balón desde la sala de creación y empezar a inventar para así, darle fluidez a un Valencia que a veces, hace aburridos sus partidos por esa falta de originalidad y visiones de juego no tan planas y sí experimentativas como las que salen de las botas de un André que ya nos dejó maravillas a balón parado como el metido al Betis la temporada pretérita.

Sin ser un jugador demasiado goleador y que no tiende a rematar a menos que sea desde un lanzamiento directo como los córners o las faltas como ya hemos comentado, 2 son los goles que ha metido el portugués en su carrera en Valencia, números más que respetables para un jugador que no pisa área y que prefiere dar que ser él protagonista. Aquí la decisión la tiene su entrenador, Baraja, quien deberá apostar por un once que no hemos visto de inicio en Valencia este año (sí durante el desarrollo de la presión o el repliegue) o seguir dando rienda a un once que buenos resultados está sacando y mantienen a flote a un equipo que sueña pero no se confía. 

Desde aquí no buscamos dárnoslas de panenkitas pero, si este Valencia, sin Almeida, que tanto produjo la pasada campaña, está octavo con chances de Europa, no queremos saber si el de Portugal está sobre el campo pero y como ya sabemos, la llave de esto la tiene un Baraja que quiere lo mejor para su equipo y lo mejor será lo que él crea porque para eso es el entrenador y está haciendo méritos para hacer lo que le incumba y estamos más que seguros que para él, contar con Almeida, es un fichaje de verano adelantado en esta recta final donde tener a los mejores es diferencial.