Partido de Leyendas del Valencia CF conmemoración del Triplete de 2024

Quique Monleón Ciurana

Las leyendas del Valencia sucumben por 2-3 ante las leyendas de la liga en un partido que ha hecho creer a los nostálgicos que todavía estábamos en 2004. Pese a las contables bajas (Fábio Aurelio, Kily, Piojo o Aimar entre otros), la catedral de Mestalla respondió con una buena entrada (casi 15.000) y lo pasó de cine en una tarde donde los niños pudieron disfrutar de aquellos que alegraban las tardes de fútbol a sus mayores.

Tras consumar la victoria ante el Granada, donde se sumaban 3 puntos que colocaban al equipo en la séptima posición, el Valencia y por encima de todo, el valencianismo, iba a vivir una gran fiesta de unidad y fraternidad en el campo de Mestalla la tarde de viernes: ni más ni menos que el partido del triplete, que conmemora la obtención de hasta tres títulos por parte de la entidad valencianista en la campaña 2003-2004 (contando la Supercopa de Europa ganada ante el campeón de Champions League de esa temporada como fue el Porto de José Mourinho, que no pudo hacer frente a los goles de Baraja y Di Vaio, uno de ellos y actual entrenador del primer equipo valencianista, estaría presente en la celebración del acto que reunió a tantas familias que solo les queda vivir del recuerdo cuando de títulos se habla porque y como ya sabemos, Peter Lim de ambición y de soñar con ganar títulos va muy justo. 

Once leyendas Valencia: Cañizares, Garrido, Albelda, Marchena, Carboni, Vicente, Baraja, Sissoko, Rufete, Mista y Angulo.

Llegando en volandas al campo al que tantas alegrías brindaron los 11 hombres que iban a ser titulares por parte de las leyendas valencianistas, saltaron al terreno de juego a hacer previos preparativos antes de enfrentarse a un combinado de leyendas de la selección española, donde se podían encontrar nombres como el mismísimo Iker Casillas o Michel Salgado, dos futbolistas que sufrieron en carnes a aquel Valencia del triplete, u otros más recientes como Marcos Senna o Juanfran, que no vivieron el Valencia del triplete pero le dio tiempo a competir contra un Valencia todavía no llevado a la bancarrota y que se atrevía a pugnar contra los 3 grandes de nuestra liga. 

La fiesta daba su comienzo y, tras el previo entrenamiento, los protagonistas volverían a vestuarios para ser posteriormente llamados y aclamados por la grada de Mestalla que, pese a no estar tan llena como en los días donde ellos eran jóvenes y conseguían triunfos continentales y nacionales, consiguieron crear ese sentimiento de añoranza que a día de hoy hace tanta falta en un Valencia usurpado por las malas gestiones y que pese al negligente trayecto tomado tras la compra del magnate asiático, la afición permanecía con su equipo y no era mejor momento que el partido de leyendas para recordar cuando este equipo volaba y hacia temer a sus rivales. 

Después de innumerables cánticos, aplausos y vítores hacia la plantilla que hizo todavía más grande al club de la capital del Turia, el balón echaba a rodar y como ya todos sabíamos, el físico con la edad se degenera y como no iba a ser menos, en estos exfutbolistas se iba a acabar notando, pese a ese inconveniente y que no se pudiese desplegar todo el potencial físico como hace 20 años sí podían hacer, muchos jugadores entre ellos Rufete, Carboni o el que mejor forma física parecía tener como es Mista, quien fue máximo goleador de este Valencia en aquellos años, enseñaros que y pese a la edad, la esencia y magia con la que deslumbraron a todos, no se pierde.

Llegados al primer sector de la primera parte, la celebración llegaría a uno de sus picos puesto que el electrónico empezó a moverse siendo los visitantes y de la mano de Marcos Senna quien con un potente disparo desde la frontal supo batir a un Cañizares que en sus mejores momentos por supuesto que la habría blocado. Pese al ponerse por debajo, el equipo valencianista supo recolocarse encontrando mediante un pase al espacio a un Miguel Angel Angulo que materializó en la misma portería donde abriría el camino a la conquista de la liga 30 años después en el año 2002 justamente contra Casillas, quien no pudo hacer nada ante la vaselina del asturiano. 

Tras establecerse el empate en el marcador y quitando algún acercamiento que no quedaría en más que en fuera de juego, los 22 protagonistas promocionaron un juego plano (más que relacionado con las capacidades que el cuerpo les permite hacer) pero dejando un recuerdo imborrable y que haría saltar las lágrimas de más de un romántico de la liga española de antaño. Y, tras dos minutos de añadido, Mateu Lahoz, árbitro valenciano y por excelencia, uno de los más respetados de nuestra liga, decretaba el final de un partido que más que entretener por el juego, te hace tirar de memoria y el buen recuerdo.

Iniciados los restantes 40 minutos y como en gran parte de la primera mitad, el físico se veía por los suelos en la mayoría de los jugadores, cosa que no les privó de hacer esfuerzos intentando emular las galopadas y ayudas que materializaban cuando el cuerpo todavía les daba para alguna embestida. 

Pasados los 10 minutos de juego, las leyendas de la liga volvieron a ver puerta, siendo el afortunado Salva Ballesta, quien también estuvo en parte de los éxitos del club valencianista a principios de siglo y que recibía un buen pase medido por parte de la leyenda del Hércules «Tote» e introducía la pelota en la portería de un Rangel que acabaría siendo cambiado por Palop posteriormente a recibir el gol.

Cuando parecía que el resultado sería definitivo puesto que los ataques por parte de las leyendas valencianistas no estaban siendo cuanto menos peligros, la cabeza de Mista aparecía en la marea formada por el saque de esquina poniendo de esta manera las tablas en el luminoso, un marcador que no dejaría de contar goles ya que las leyendas de la liga no hubieron dicho su última palabra surgiendo aquí la figura de Tote, quien colocaría el balón lejos del alcance de Palop y dando ventaja a los visitantes en un partido donde hubo más humor por el estado físico de las leyendas que por las ocasiones creadas .

Después de añadir tres minutos, Mateu pitaría el final en una tarde memorable, bonita y que, pese a la derrota, dejó satisfechos a todos. En lo que a primer equipo se refiere, el Valencia deberá visitar el Sadar en un encuentro clave para las aspiraciones europeas.