Boca fue a La Plata en busca de, por lo menos, sacar un punto ante Gimnasia asi poder gritar nuevamente «campeón».
A pesar de haberlo sufrido más de lo esperado, lograría conseguirlo.

El encuentro tuvo un inicio bastante movido por parte del Xeneize que salió hambriento a buscar un gol. En el minuto 11′, aproximadamente, una jugada hilvanada entre Pavón y Nahitan Nandez terminaría en un centro del oriental, que caería en los pies de Wanchope Ábila, quien no fue para nada egoísta y se la dejó servida a su compañero Pablo Pérez. Este, con una muy buena maniobra, burló a un defensor tripero y terminó la jugada con un remate ajustado al palo izquierdo del arquero Martin Arias.

El empate llegaría 20 minutos después, en el minuto 31′ del partido. Por parte de Nicolas Colazo, quien cumpliría la famosa «ley del ex», con un toque casi sobre la línea aseguró la trayectoria de la pelota después de que ésta cruzara toda el área chica. Sin más ocasiones de peligro terminarían los primeros 45′.

A los 12′ de iniciado el complemento, Boca volvería a ponerse en ventaja. Esta vez, caso contrario al primer gol, con un pelotazo de Pablo Pérez para Wanchope Abila; con un fallo de Coronel en el cierre , el delantero cordobés no fallaria en su mano a mano con Arias y este seria el 2-1 que cada vez llenaba mas de esperanzas a Boca.

Pero a diez minutos del final, el lobo nuevamente volvería a encender la alarma en Boca. Ahora, con un remate de media distancia del recientemente ingresado Brahian Alemán, que se desvió en Lisandro Magallán, encontró mal parado al arquero de Boca, Agustín Rossi, y este sería el 2-2.

Esos últimos minutos, que parecían ser eternos, llegaron a su fin. Y con este punto el equipo comandado por Guillermo Barros Schelotto logró consagrarse campeón de la Superliga de futbol Argentina.

 

Por Franco Avila.