Quique Monleón Ciurana

Valencia y Madrid ponen tablas en un partido marcado por la vuelta de un Vinicius que volvió a ser protagonista tanto en lo deportivo (con dos goles) como en lo extra, reivindicando ese falso racismo por parte de la grada valencianista propiciado la pasada campaña. El partido nos dejó también imágenes dolorosas como la lesión de gravedad de Diakhaby que se perderá lo que resta de temporada.

Un espectacular recibimiento y pretérita manifestación contra la directiva valencianista abrían una de las jornadas más mayestáticas de lo que llevamos de liga. Valencianistas y madridistas, después del incidente protagonizado por la grada de Mestalla contra Vinicius la pasada campaña, se volvían a dar las caras en una temporada donde los dos equipos no se jugaban lo mismo que el pasado mayo: el Madrid no se encuentra en la caza de la liga sino que busca dar por finiquitada esta, puesto que está situado a 6 puntos de su perseguidor, el Gerona, al que ha ganado los dos partidos directos, siendo de extrema dificultad que los catalanes puedan ponerle las cosas difíciles a un Real Madrid que solo ha perdido un encuentro en toda la temporada, Por el lado valencianista, ya matemáticamente salvados con 36 puntos y en busca de esos puestos que te llevan a Europa, no sufre como la temporada pasada sí estaba haciendo antes y después de toparse con el Madrid, un conjunto blanco que cayó ante el Valencia en el feudo blanquinegro certificando media salvación para un Baraja y sus chicos que no han tenido que nadar a contracorriente y por suerte esta temporada.

El partido iniciaba con el respectivo minuto de silencio a las víctimas de Campanar, incendio que no solo ha encogido el corazón de los más de 3 millones de habitantes de la capital de la Comunidad Valenciana sino de todo un país que se ha volcado con las víctimas de un desastre que llevó a que Valencia y Levante dejasen de lado su partido de la anterior jornada posponiéndolo para las vacaciones de pascua.

Yendo a lo que nos importa como es el fútbol, echaba la pelota a rodar y los silbidos hacia el jugador número 7, que ha condenado de racista a toda una afición a lo largo del año y con el que la afición no tardaría en responder mediante el propiciarle insultos lejos de lo considerado racismo para no volver a caer en la sangría de recriminaciones vista hasta la fecha.

El partido empezaría a calentarse ya desde el minuto 4 cuando Yaremchuk propiciaba una dura entrada a Camavinga siendo el preludio de una batería de agresiones por parte del conjunto dirigido por un Carlo Ancelotti que salía con el once que ya conocemos todos como es Lunin bajo los palos, Carvajal, Militao, Rudiger, Mendy, Bellingham, Camavinga, Kroos, Valverde con Vinicius y Rodrygo como punta de lanza mientras que Baraja, al que se le vería muy expresivo a causa del arbitraje poco moderado en la gélida noches de sábado, salía una vez más con Mamardashvili bajo los palos, Foulquier, Mosquera, Diakhaby, Gayà, Fran Pérez por una banda, Canós por la otra, Pepelu y un novedoso Javi Guerra en medio y arriba dos que volverían a llamar a la puerta del gol como son Hugo Duro, que tras el de hoy ya son 11 llamando con fuerza a la puerta de la selección y Yaremchuk, que se rehace de sus cenizas en una temporada donde ya ha materializado hasta en 4 ocasiones (1 en copa, 3 en liga) que parece haber puesto el corazón y los huevos en lo que es dejarse todo en el campo y ya enamora a una afición que está completamente en cada acción que haga.

El ecuador del primer tiempo no fue más que la crónica de los partidos madridistas: ocupar campo rival dando galones a un Bellingham apagado en la noche de hoy por el buen juego propiciado una vez más por Foulquier o Javi Guerra quienes fueron los escoltas del futbolista británico la noche de hoy, sabiendo seguirles la pista para que el mago inglés no sacase esos destellos que dejan petrificados a defensas y entrenadores rivales. Estos dos mismos jugadores valenciansitas antes nombrados serian protagonistas cumplida la media hora de juego, concretamente en el minuto 27, un buen balón propiciado a Foulquier por parte del jugador de Gilet, hacia que el de Guadalupe rebasase a Vinicius encontrando a un Fran Pérez que callaba las criticas con un centro-chut a Hugo Duro quien solo tuvo que acabar la faena introduciéndolo en una portería donde Lunin no pudo hacer nada. Comenzaba el frenesí valencianista sumándose Carvajal a la fiesta, puesto que el lateral de Leganés serviría por error un balón a Yaremchuk quien rebasó genialmente a Lunin introduciendo el esférico y poniendo a su equipo dos por encima en una noche que se asemejaba a las históricas vividas ya hace muchos años en Mestalla. Pasada la media hora, el Valencia comenzaba a dar por bueno el tesoro, poniendo una marcha menos concepto que sería de ayuda a un Madrid que se lanzaría con todo al ataque encontrando luz al final del calvario que fue la primera parte y es que una buena contra propiciada por Carvajal acabaría en un cabezazo en la misma linea de gol materializado por un Vinicius que mandaba un mensaje a la grada alzando el puño en gesto de ese racismo que nunca ha sufrido porque la grada valencianista lo tiene claro VALENCIA NO ES RACISTA.

Nos fuimos a la segunda parte con el Madrid asomando la cabeza, el Valencia seguía optando por el modus implementado en la primera parte de resguardarse con tal de recibir cuantos menos ataques y salir a la contra nada más una opción o hueco se abriese pero en el fútbol y en todo, la mala suerte está presente y una galopada del fresco Brahim Diaz, que pondría un suculento centro al área, volvería na encontrar a un Vinicius al que ya se le iría completamente la pinza montando una tanzana espectacular que descontentó del todo a un Ancelotti que decidió no tocarlo, ya que el partido en lo futbolístico por parte del jugador carioca estaba siendo magistral. Los cambios llegarían poniendo en pie André Almeida a Mestalla puesto que el jugador luso no pisaba el feudo valencianista desde el mes de octubre por lesión, con él entraría Peter Federico, que se enfrentaba ante su ex equipo buscando remidiese y ayudar a un Valencia que tiraría de casa y coraje para hacerse con un punto que quedó de lado con el espectáculo final.

Un córner con el tiempo cumplido y rematado por Bellingham hacía que el final del partido fuese una mascletá como las que se verán estos días en la ciudad de Valencia. Gil Manzano saldría escoltado del campo en una campal formada desde cuerpo técnico madridista al aficionado más anciano del conjunto ché, que acabaría llevándose un punto entre todo el maremoto formado sobre todo por un Vinicius que se iba sin victoria y criticado hasta por sus propios compañeros que también daban la nota comiéndose a un árbitro protagonista por la mala gestión de los acontecimientos, caldeando el encuentro con sus decisiones renqueantes y que deja sin tres puntos a un Valencia que no dejó de intentarlo y al que no pitaban un penalti puede ser claro y al Madrid obstaculizandolo de dar por zanjada esta liga que quedará enmarcada por la rebelión anti racista contra Mestalla que juntando 47.000 gargantas, hizo la vida imposible a un jugador que se le ha comido el personaje olvidándose de lo bueno que es a veces.

La próxima jornada para el Valencia será en el mismo feudo de Mestalla, donde vendrá el Getafe, rival directo por las plazas que va a Conference mientras que el Madrid se va agridulce de un campo al que se le tenían ganas después de la derrota del año pasado donde no se pudo descendería Valencia a la segunda división. Los de Carletto recibirán primero al LEIPZIG para después al celta de Vigo, sumido en la pelea por no descender junto a un ex madridista como es Rafa Benítez.