En un partido muy atractivo, Vélez y Argentinos igualaron 1 a 1, Zárate y Sandoval los goles.

Es uno de esos típicos clásicos de barrio Porteño. Cuando uno nombra Vélez Sarfield y Argentinos Juniors eticamente tiende a imaginarse qué va a ser testigo de un fútbol «vistoso».

Pero partido bravo, de verdad. Dos de las instituciones más respetadas del fútbol argentino, una copa Libertadores en cada vitrina.

Esta noche en el estadio José Amalfitani, chocaron con realidades dispares aunque con la rica historia de siempre. El Vélez de Heinze, repleto de pibes, tuvo una temporada difícil lidiando con el fantasma de los promedios. En el minuto 9 la gente del Fortín ovasiono a Mauro Zárate, la vuelta a casa del delantero es la carta de salvación de todo Liniers.

El Argentinos de Alfredo Berti, enfrentó la difícil tarea de acomodarse en la primera división nuevamente. Pero con la jerarquía y experiencia de los nombres propios (Pisculichi, Barrios y Machín) supo ser protagonista hormiga para estar cerca de lograr la clasificación a la CONMEBOL SUDAMERICANA de 2019 (debe esperar el resultado de Racing-Colon, que el sabalero no sume de a tres).

De arranque el local mostró una mayor intensidad. Con Bouzat y Vargas por los costados, más el apoyo logístico en la ofensiva de Domínguez y Robertone desde el centro con sus pases.

A los 15 el ex Defensa y Justicia (Bouzat) remato de media distancia avisando a Lucas Chávez.

El visitante no presionaba en la salida, aumentaba la marca tras el primer pase dentro de su campo, siendo Gastón Machín el principal responsable de la recuperación.

Adelante Lucas Barrios y Leo Pisculichi alternaban posiciones, pero era Damián Batallini quién ofrecía mayor labor para preocupar a los defensores azules.

Sorpresivamente, iba a ser el cuadro de Liniers quien acariciara primero la red contraria. Tras una recuperación, los hombres de Heinze quedaron con superioridad y la supieron manejar tanto Robertone cómo Nicolás Domínguez para dejarle todo cierre de acción a Mauro Zárate, El hijo pródigo de la casa no perdonó con su derechazo para poner el 1-0.

Argentinos se mostró incómodo en la primera mitad, apenas pudo arrimarse a buscar la igualdad por intermedio de las múltiples pelotas paradas que tuvo a favor. El drama fue la imprecisión que presentó Pisculichi para la ejecución y por eso el Bicho no pudo lastimar en ese tramo.

Para colmos, salió a jugar la segunda parte sin Batallini ni Lucas Barrios. Los delanteros sufrieron molestias y debieron abandonar el campo. Un verdadero dolor de cabeza para toda La Paternal.

A pesar de la ventaja el complemento no lo encontro al Fortín como dominador absoluto. De hecho el mediocampo mostraba inseguridad ante el crecimiento del equipo comandado por Alfredo Berti.

El Bicho consiguió el empate con la fórmula de la casa, pelota parada con la zurda determinante de Golosina y el cabezazo potente de Sandoval para castigar el arco de Alan Aguerre.

Hablar de justicia cuando se trata de fútbol es incompatible. Pero la visita puso méritos en el desarrollo para buscar la igualdad.

Chato había sido el segundo tiempo ante Independiente de Chivilcoy por Copa Argentina en comparación al primero. Esta vez fue todo lo contrario. A pesar de las dificultades que significaron los cambios obligados Argentinos salió a jugar los últimos 45′ del torneo como lo demanda un CLÁSICO. Así lo vivieron los «dirigentes y allegados» que ocupan un sector lejano a la parcialidad de Vélez, de hecho hasta se animaron a disfrazarse de hinchada y llenaron el Amalfitani con cantos de Paternal.

El empate no agrada ni desagrada, ni fu ni fa, lo cierto es que el hincha de Vélez valoró lo hecho por su equipo en la parte final del campeonato y en La Paternal saben que la campaña es convincente pero la frutilla del postre se definirá este lunes en el Cilindro, ya que si Colon no gana, el Bicho jugará la Conmebol Sudaméricana.

Resumen del partido (SAF)

 

 

Baldomero Escalada.